¿Qué puede hacer que queramos divorciarnos?
Hoy en día ya no es imperativo invocar ninguna causa cuando se solicita el divorcio ante el Juez, no por ello dejan de existir motivos para querer divorciarse. Desde nuestro despacho de abogados, nuestros profesionales en derecho civil han hecho un análisis de los casos que se producen en Granada y han extraído las conclusiones que, a modo informativo y curiosidad, le exponen a continuación.
Los factores que peor afectan a la pareja son haber contraído matrimonio a corta edad, pobreza, el desempleo, un bajo nivel educacional, convivencia con otra (o la misma) pareja antes del matrimonio, tener un hijo o hija antes del matrimonio ya sea de ambos, o de alguno de los contrayentes, diferencias raciales, haberse casado anteriormente, y tener antecedentes familiares.
La evolución de la sociedad nos lleva a darnos cuenta de que una de las causas reincidentes en el incremento de las tasas de divorcio ha sido el cambio de papeles dentro del matrimonio, principalmente asociado al creciente papel de las mujeres en el mercado laboral gracias a crecientes oportunidades en educación y empleo en conjunto con políticas más activas de inclusión, indicándose que en muchos casos, la relación entre un mayor número de horas dedicadas al trabajo y la probabilidad de divorcio es más fuerte en aquellas familias de ingresos medios y en las que el marido desaprueba el trabajo de la esposa, o bien, en las que el marido trabaja menos horas que la esposa haciendo que la interacción de pareja disminuya, especialmente en el caso de los primeros años del matrimonio.
Obviamente, esto no quiere decir que sea siempre así. Las causas del divorcio varían enormemente de una pareja a otra, y todas y cada una de ellas son igual de válidas que las otras. Además, a día de hoy, no hace falta alegar causa alguna para pedir el divorcio, por lo que bastará con que uno de los dos visite un abogado experto en divorcios.
Los factores que peor afectan a la pareja son haber contraído matrimonio a corta edad, pobreza, el desempleo, un bajo nivel educacional, convivencia con otra (o la misma) pareja antes del matrimonio, tener un hijo o hija antes del matrimonio ya sea de ambos, o de alguno de los contrayentes, diferencias raciales, haberse casado anteriormente, y tener antecedentes familiares.
La evolución de la sociedad nos lleva a darnos cuenta de que una de las causas reincidentes en el incremento de las tasas de divorcio ha sido el cambio de papeles dentro del matrimonio, principalmente asociado al creciente papel de las mujeres en el mercado laboral gracias a crecientes oportunidades en educación y empleo en conjunto con políticas más activas de inclusión, indicándose que en muchos casos, la relación entre un mayor número de horas dedicadas al trabajo y la probabilidad de divorcio es más fuerte en aquellas familias de ingresos medios y en las que el marido desaprueba el trabajo de la esposa, o bien, en las que el marido trabaja menos horas que la esposa haciendo que la interacción de pareja disminuya, especialmente en el caso de los primeros años del matrimonio.
Obviamente, esto no quiere decir que sea siempre así. Las causas del divorcio varían enormemente de una pareja a otra, y todas y cada una de ellas son igual de válidas que las otras. Además, a día de hoy, no hace falta alegar causa alguna para pedir el divorcio, por lo que bastará con que uno de los dos visite un abogado experto en divorcios.